Si los astros se alinean, y el clima lo favorece; si mi despertador suena a la hora señalada; si llego a tiempo al aeropuerto; si los pilotos asignados a los vuelos recuerdan todas sus lecciones; si alcanzo mi conexión en Dallas y si los de migración en Estados Unidos no detectan algo raro en la manera de quitarme los zapatos o en mi forma de ver el techo o incluso en mi sonrisa, estaré llegando a Berlín el 28 de Septiembre.
Decreto lo siguiente: El viernes 28 de septiembre recogeré mi número sin ningún contratiempo, estaré a las 9am, tiempo de Berlín, con cuarenta mil corredores más justo en la salida. Sonreiré a las cámaras y saludaré, porque una de mis hermanas me preguntó si transmitirían el maratón, para seguirlo ---Claro que sí, tú trata de seguirlo. Aún entre 40000 personas existen las posibilidades y las coincidencias. Puede suceder que justo en el instante cuando estornuda un camarógrafo, me enfoque o en el momento cuando alguien se desmaye y lo capte una cámara yo estuviera ahí; o le llame la atención mi bandera de México, por ser mexicano él también; o llame la atención por ser la que va más entera en el kilómetro 35, cuando todo mundo quiere desertar. Son tantos instantes, momentos, segundos, todo puede ser o no posible, porque es futuro.
Por lo pronto estos segundos son presentes. Hay nervios, emoción, expectativa, incluso miedo. Lo que suceda será pasado, y será otra historia a contar. Hoy es 18 de septiembre y faltan 10 días.
Desde una ventana puedes observar el mundo pasar, o reflexionar sobre lo que ves, lees y vives.
septiembre 18, 2012
septiembre 06, 2012
Dos títulos
Me gusta ir de compras a Mcallen y disfruto mucho yendo a la librería, sobre todo comprobar el universo de títulos y autores concentrados bajo un mismo techo. La quería evitar porque en esta ocasión traigo mi presupuesto limitado, además tengo bastantes libros esperándome para leerlos, pero me gana mi gusto. Llego y me dirijo a las mesas donde se ofertan libros con descuento. Observo las portadas, leo los títulos y los autores, si alguno de estos tres llama mi atención lo tomo y leo, una buena sinopsis o prólogo y precio lo hace asequible. Bajo este esquema tropiezo con un primer título: “The Original Ilustrated Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Nunca he leído al autor, ni tampoco a su más conocido personaje, del cual lo más cerca que he estado es a través de las películas protagonizadas por Robert Downey Jr. . Me convence el prólogo: incluye 37 historias cortas, la novela completa “The Hound of the Baskerville” y las ilustraciones por Sidney Paget, quien dio forma e imagen al tan conocido Holmes. Espero pronto encontrarme con la frase de “Elemental mi querido Watson”, en inglés claro.
Después de unos minutos encuentro otro libro, cuyo título llama mi atención :“Classic Irish Stories”, lo abro y leo los autores, observo incluyen a Arthur Conan Doyle con “The Green Flag” , y me parece curioso porque desconocía la nacionalidad de Conan, suponía era Inglés, eso es punto a favor, podía ser una señal. Además llama mi atención que sea sobre Irlanda, este país ha aparecido en mi vida de manera curiosa y agradable; probablemente sea porque debo algo en una reencarnación pasada como irlandés o irlandesa. Comienzo a leerlo, esta frase me engancha: “Spring Sowng is a meditation on the stark beauty and unforgiving environment of Ireland, as a husband and a wife rise together on a chilly February morning to prepare their land for planting.” Parafraseando: una de las historias es una reflexión sobre la belleza y el ambiente inolvidable invernal de Irlanda, como esposo y esposa se levanta temprano en un muy frío Febrero para preparar su tierra para sembrar. Me da curiosidad ese amor tan ferviente y conocido que sienten los irlandeses por su tierra; la posibilidad de encontrar aquí explicaciones y respuestas lo hace irresistible. Determino detenerme y pagar. Estoy contenta con mis adquisiciones, desconozco cuando empezaré a leerlos pero de este año no debe pasar, parte de mis propósitos.
Me dirijo a la cafetería adjunta. Es tiempo de sentarme a descansar. Mientras hago fila veo una taza, llama mi atención por su dibujo, y la frase “Let your imagination grow”. Son unos libros simulando flores creciendo; saliendo de la tierra, de la imaginación. La compro porque deseo me recuerde, sobre mi propia imaginación, la cual es a veces perezosa y como toda cosecha si no se cuida, trabaja y recolecta en el tiempo adecuado, se perderá.
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