octubre 28, 2009

El Viaje


Leí en el periódico que se iban a presentar una puesta en escena de Teatro sensorial realizado por el grupo Los Habitantes. Una amiga había ido y platicó más o menos en que consistía, pero la incomprensión y yo fuimos uno mismo, solo pedí poder vivirlo yo misma. Así que cuando vi la reseña, los horarios y el número de teléfono, no dudé y hablé para reservar boletos. No se podía reservar, tenía que ir por ellos. Sentía que no la libraba después del dentista tenía que ir a la casa, moría de hambre. Llegué y platiqué con mi amiga de la posibilidad de ir, no supe transmitirle en que consistía, porque ni yo tenía idea, dudando pero por solidaridad aceptó. Invité a otra amiga, que igual le dudo, pero terminó aceptando. Nos arrancamos a comprar los boletos a las cinco de la tarde, para las diez de la noche, ya no había muchos lugares, solo se podían diez personas por función. Lo que era buen indicio.



Llegamos tarde, pero gracias a Dios se habían retrasado. Nos dimos cuenta que nuestros nombres estaban en una pizarra: Yolanda, Patricia y Myrna, junto con unos tantos que ya habían hecho sus viajes, horas y días antes. Hacía frío y esperábamos afuera deseando empezar. Minutos después, nos pidieron que tomáramos nuestro equipaje: unas maletas que estaban encima de una carreta acomodadas e identificadas con nuestros nombres. Las diez personas empezamos a buscar. Las maletas eran de diferentes tamaños, pero todas rectangulares, de piel o madera, a la usanza de aquellos años, nada de rueditas. No tenía ni idea de lo que iba a suceder, solo estaba segura que iba hacer algo diferente.

Uno de los actores, en su papel de conductor, se nos acercó y preguntó si este era el viaje de las diez de la noche. Afirmamos y pasó por cada uno de nuestros boletos. Salimos en fila y entramos a un área rectangular, delimitada por pared y el otro extremo una cortina negra. Estábamos en penumbra, solo dos lámparas pequeñas suspendidas alumbraban el lugar. Un tapete en el piso y sillas antiguas, acomodadas simétricamente, todas viendo hacia el centro, que era donde estaba nuestro actor. Todo escenificaba un vagón. Una grabación se escuchaba muy tenue, en ella se reproducía el sonido de la locomotora, del ruido del hierro de las ruedas al chocar y girar en los rieles, tan característico y de vez en cuando se escuchaba el silbido del vapor despidiéndose.

Éramos diez personas y solo el silencio nos acompañó durante un momento; nuestra expectativa e incredulidad iba en aumento. El conductor empezó a leer unos recortes: hablaba de un viaje, de un lugar. Nos pidió que nos quitáramos los zapatos. Pensé: donde a alguien le apeste los pies ¡qué pena!; o, traiga calcetines rotos, ya valió, es algo que no pude evitar pensar. Por otro lado mi lógica me indico que ocupábamos estar descalzos para poder sentir mejor ¿Pero sentir mejor qué? ¿Dónde caminaremos? Volteaba a ver caras pero las distinguí poco. Se escuchó el silbido largo del vapor expulsado por la locomotora, señal que llegábamos a un destino. Ahí empezó nuestro viaje: la oscuridad fue la constante en todo. Nos cubrieron los ojos y empezó la función. Nos llevaron de la mano a donde ellos deseaban. Susurraban historias que a través de tus manos, pies, oído y olfato te transportabas a diferentes lugares: al mar, a un iglú, a un bosque, a un salón de baile, a un desierto. Después te quitaban la venda, y más historias que tus ojos, oídos y olfato captaban, a través de los mensajes intencionales, uno los interpretaba y seguía, sin necesidad de hablar. De nuevo la venda, de nuevo soñar, imaginar, todo a través de sus sentidos.

Fue algo maravilloso, una experiencia que mis sentidos y mi imaginación agradecerán infinitamente.

3 comentarios:

  1. Se oye genial! ¿Dónde o cuándo tienen funciones?

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  2. Si lo es. No tengo más información pero probablemente en CONARTE nos puedan decir, yo tengo ganas de ir a otra. Incluso dimos nuestro email para cualquier información si lo tengo te escribo.

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  3. Hola Yolanda... volveremos a estar en temporada a partir de junio 23 de 2010 en la NAVE GENERADORES del Parque Fundidora.

    Te dejo nuestra web: http://www.loshabitantes.com.mx

    Y nuestro correo es: loshabitantes@gmail.com

    Te mando una saludo!

    Luis Escalante.

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